Un legado más allá del tiempo...

Fotografiar el duelo

Retratar el duelo es una de tantas formas de trabajar este proceso tan único y personal. No es la única opción, pero sí una herramienta poderosa que nos permite transformar el dolor en algo tangible, en un regalo precioso que podemos guardar y atesorar para siempre.

En un mundo donde muchas veces no sabemos cómo hablar del duelo, una imagen puede ser ese puente que trasciende las palabras. Puede ser una herramienta para sanar, para recordar y para conectar con otros que han vivido algo similar.

Para los peques de la familia, estas imágenes pueden ser una manera de integrarles en el duelo, de hablarles sobre la muerte y de compartir sentimientos en un entorno lleno de amor y respeto.

La fotografía puede ser un puente para explicarles que la vida y la muerte forman parte de un mismo ciclo: la vida es muerte, y la muerte es vida.

Aquí en la Tierra, vivimos unos años, unos minutos, o a veces no llegamos a vivirla. Pero toda vida, sin importar su duración, deja una huella. Al dar forma a lo invisible, abrazamos lo que duele y reconocemos la importancia de esa vida, aunque breve, que dejó una marca imborrable en nuestros corazones.

Como fotógrafa, entiendo la responsabilidad de este acto. Cada fotografía es un legado, un testimonio visual que perdura más allá del tiempo. Estas imágenes son mucho más que simples retratos; son una forma de decir: 

"Tu historia importa. Tu amor importa. Tu pérdida importa."

Elegir la fotografía como parte del proceso de duelo nos permite crear un espacio donde el amor pueda habitar para siempre, donde la memoria de esos pequeños pueda ser honrada.

Un lugar donde las familias encuentren y puedan expresar lo que tantas veces se vive en silencio.

@la Mirada del Dol nace desde lo más profundo de mi ser, como un reflejo de mi propia experiencia de duelo perinatal. Soy una de esas muchas mujeres cuyo mayor deseo era ser madre, y no pudo ser. En ese vacío encontré la semilla de algo nuevo: un proyecto que lleva la energía y el amor que habría dado a mi hija. Hoy, soy madre de un proyecto nacido de mis entrañas, cargado de significado y propósito.

El propósito es ofrecer una opción para quienes eligen transformar su dolor en amor, su ausencia en memoria, y su duelo en un homenaje eterno. Porque aunque la ausencia duele, siempre podemos encontrar formas de honrar y dar espacio a ese amor que nunca desaparece.